La familia es la familia Borroméo. ¿Cómo las ciencias sociales pueden ellas encontrar los Borromeos?
Pensar: tres islas, el lago mayor, Italia del norte, Milán y Viena, el imperio austro-húngaro, eso no puede producirse más que en Buenos Aires.
Imaginar: un papa, incluso canonizado, un santo, Charles Borroméo y la trinidad cristiana, como si hubiera otra, uno cree soñar.
El nudo de la familia Bo en el psicoanálisis
Lacan encontró el nudo borromeo durante una cena, en la ciudad, una noche, gracias a una joven auditora de G. Th. Guilbaud, maravilloso profesor de matemáticas, en Nanterre.
Lacan presenta el objeto por primera vez en su seminario titulado ese año: "... O peor..." como ilustración de su doctrina del amor, escandida por tres cortes
"Yo te pido. ¿Qué?
Rehusarme, ¿Qué?
Lo que te ofrezco. ¿Por qué?
Porque no es eso."
Él insiste a propósito de esas escansiones, el año siguiente, en el seminario titulado: "... Aún": ¿Qué? ¿Qué? ¿Por qué? A partir de ahi, los alumnos se preguntan aún seriamente ¿por qué?
Una respuesta viene muy rápido a colmar ese déficit de inteligibilidad y resolver ese enigma, puesto que se trata de escribir la relación que mantienen entre ellas las tres categorías, digamos las tres dimensiones fundamentales en la lectura de Freud según Lacan: Lo Imaginario, lo Simbólico y lo Real.
Entonces todo va bien, todo está escrito en silencio dogmático, no hay más que interrogarse sobre eso, ya que todo el mundo sabe, si se es lacaniano, lo que son esas tres dimensiones resumidas por las tres letras, R, S, I.
No es muy cristiano todo eso? La Trinidad, se les dice, y ahora el Amor, además.
Salvo al considerar como esa construcción geométrica, que depende de la topología, escribe la función paterna, y distinguida al fin por Lacan de la función fálica descubierta por Freud.
La familia, el síntoma (symptôme) del psicoanálisis
Muy temprano, Lacan dá a la enciclopedia Wallon, su artículo que trata sobre la familia. Ese articulo precoz está escrito en una época donde Lacan no es aún el freudiano que va a devenir al punto de fundar el psicoanálisis freudiano por su práctica del comentario crítico.
Pretendemos dar como prueba de ello el ligero corrimiento de su autor cuando trata los tres complejos familiares. Cita la observación de San Agustín relativa a los celos fraternos del hermano mayor en dirección al benjamín y que ofrece la razón del crimen de las hermanas Papin, según Lacan, en la ocasión del complejo de intrusión de la madre y no del destete.
Lacan resolverá esta dificultad, ligada a la repetición freudiana en tanto que lazo absoluto del sujeto al rehallazgo del objeto en la falta del Otro, solamente en el curso de los primeros años de su seminario, en su comentario del cuento La carta desviada de E.A. Poe (The purloined letter).
Actualmente ese psicoanálisis está fundado, con sus descubrimientos cruciales y sus defectos mayores. No se espera sino que los psicoanalistas se den cuenta de ello a fin de poder pasar a la etapa siguiente. Ello deviene urgente si se cree en la crónica de los diarios que se quejan del ascenso de la paranoia como en los años treinta.
Asi, proveemos otros argumentos a los hábiles sociólogos que con su sagacidad en la enseñanza de Lacan pretenden desviar la atención de los espíritus esclarecidos, reprochándole haberse quedado en la noción de la familia directamente parental concebida como descomposición de la tribu bajo el pretexto que los autores anglo-sajones habrían demostrado el error de esa concepción.
Pero es hacer un impasse, por parte de nuestros « grandes pensadores postmodernos », sobre la verdadera apuesta del artículo de Lacan que nos designa los dos grandes tipos de neurosis: neurosis de transferencia y neurosis familiares, de lo cual se decía en esa época, ya, que sólo las primeras dependen del psicoanálisis, quedando como intratables las segundas. Es fácil comprenderlo así, en vista de la evidencia del nombre del primer tipo, siendo el psicoanálisis de Freud caracterizado por la transferencia.
Conclusión un poco fácil y simplista, en ella Lacan se inscribe en contra. Las neurosis familiares, viradas hacia lo extrínseco para el sujeto, van a depender del discurso que va desde el de la familia hasta las ideologías dominantes de cada época. Ellas dependen de la psicosis, caracterizada por el delirio que releva de la transferencia pero sin lectura.
Al contrario el Inconsciente no existe por la transferencia más que a condición que se lo escuche, modo mínimo de introducir la dimensión de la Palabra y de la lectura para el analizante. Es por la presencia del otro, "ni en efigie, ni en ausencia" como el sujeto introduce la dimensión del Otro de la Palabra y el resorte de la transferencia que se constituye, a condición de no introducir ninguna coersión, el resorte del silencio del pudor el más extremo y más sorprendente. Pero a condición que se lo escuche, incluida la dimensión de la legibilidad.
Esas neurosis discursivas, son la entrada en la temática de la psicosis. Reservamos la noción de neurosis de transferencia a la simbolización en los accidentes de la historia personal del sujeto con su fondo de fobia para la histeria y la obsesión, y de fetichismo para la perversión. En el flujo de la desviación sexuada del cuerpo por la estructura del lenguaje.
El secreto del deseo
Eso en lo cual Lacan retoma a Freud como él dice:
Et il conviendrait plutôt d'y lire ce qu'en ses coordonnées Freud impose à notre réflexion, car elle reviennent à la question d'où lui même est parti : qu'est-ce qu'un Père?
−C'est le père mort, répond Freud, mais personne ne l'entend, et pour ce que Lacan en reprend sous le chef du Nom-du-Père, on peut regretter qu'une situation peu scientifique le laisse toujours privé de son audience normale. (J. Lacan, Subversion du sujet et dialectique du désir dans l'inconscient freudien ecrit p.812, Seuil, 1966, Paris).
Entonces, de inmediato, el fin de la secuencia, "on peut regretter qu'une situation peu scientifique le laisse toujours privé de son audience normale " (J. Lacan pp. 812–183), nos precipita en la guerra Pichropoline entre psicoanalistas, aquellos que han perseguido a Lacan y su enseñanza como sus partidarios, dejando asi caer lo que hace al resorte de ese fragmento
Ahora bien, la expresión "en la medida que Lacan lo retoma bajo el título del Nombre-del-Padre" merece un comentario que subraye que en la lengua : « lo retoma » no significa solamente: "... retomar a su cuenta" sino también "... modificar al retomarlo, para amplificarlo, prolongarlo, incluso corregirlo."
Y nosotros podemos saber que si Freud ha respondido a la primera pregunta que él se planteaba bajo la forma de "¿Qué quiere una mujer?", gracias a la investigación central de su segunda tópica, a partir de 1923 con la fase fálica y el complejo de castración de la madre, ha dejado algo torcido lo que concierne a su segunda pregunta en dirección al Padre , sin haber respondido a ello de manera satisfactoria. El Padre ha quedado soldado a la función fálica de la cual justamente es preciso ahora separar.
El significante del nombre del padre y la función paterna
En esas condiciones Lacan retoma en la escritura de ese nudo la función paterna, que no es un nudo sino una cadena, que caracteriza para el niño no solamente ese significante sino la función del Padre frente a la madre.
Ella es producida en efecto por la madre gracias a una metáfora llamada, ella también, paterna, a la cual el niño está muy atento a fin de encontrar en ella la respuesta a su propia pregunta referida a lo que ella quiere, o mejor aún, "¿Qué es lo que ella desea?",
¿De dónde viene esta solución elegante de un término, acá un redondel, allá un miembro de la familia, incluso un significante, una buena palabra que sigue siendo cualquiera pero que cumple una función excepcional por sostener el conjunto?
Goethe lo ha formulado en su tiempo, lo cual impactó a Gide durante un viaje en Alemania, mientras lo leía. La observación goethiana le permitió acabar el ciclo de la juventud, tal como lo refiere Jean Delay en su obra « La Juventiud de Gide » de la cual Lacan hace el elogio en la época de aparición y de la amistad que, por desgracia, no resistió a la excomunicación.
"En la vida, encontramos gente banal y personas excepcionales. Gente banal hay mucha y no es interesante. Personas excepcionales hay pocas y es apasionante. Pero eso no es lo que importa, lo más importante es ser extraordinariamente banal. Pero eso es muy peligroso » extraordinairement banal. Mais c'est très dangereux." (Goethe « Poesía y verdad » cita libre en una traducción)
Conclusión, hallamos gracias a Gœthe la fórmula del padre, en la metáfora que produce el significante o en la función: "Debe ser banal y excepcional".
Lacan nos dice que "cualquiera debe poder ejercer la funcion", "no importa quién" pero lo que él dice, no debe « banalizarse », no debe ser « una obviedad ». Esta doble calificación es la razón, contradictoria en apariencia, que hace que todo el mundo proteste.
Todos y todas ladran contra el padre pues su función de mediación entre la Ley y el deseo - los cuales no se oponen sino se mantienen como las dos caras de una misma cosa-, su función de pacificación del conflicto ya que la Ley se deduce del deseo, queda incomprendida.
Se querría hacer de eso el agente y el responsable de la castración, ahora bien "no hay que implicar al padre ahi adentro" (J. Lacan en Télévision)
El niño encuentra esta estructura en el narcisismo
Hemos demostrado, gracias a Lacan, hablando de los elementos « en punta » en el cuerpo y de su función de canal de transfusión de la libido del cuerpo al objeto, lo que el espejo invierte de los objetos de dimensión tres en exclusión de los otros : las superficies de dimensión dos o las líneas de dimensión uno. De alli la importancia estructural de esta dimensión sagital frente al espejo pero que se intercambia siendo cualquiera de las tres en las rotaciones y una sola inviertiéndose y substituyéndose entre ellas en la simetría. O bien los tres se invierten conjuntamente pero jamás dos.
Es lo que escribe el nudo borromeo, ya presente en la familia de los Borromeos, pero en los Vikingos o en el Japón también.
El narcisismo introduce al sujeto en el campo escópico a esta función de una dimensión misteriosa para él, luego del descubrimiento de la potencia de la Palabra. La autoridad del decir que se olvida, por lo tanto descuidada, pero que no es más reductible a la sola postura sexual animal de la parada imaginaria que determina el borde del territorio erógeno. Ella deviene función imaginaria del falo simbólico en el trauma, esperando al narcisismo para encarnarse en un órgano y la castración del Otro para desplazarse en la instauración de un fetiche.
Los órganos « en punta » en el cuerpo y su imagen, soportes eróticos de la repetición freudiana como lazo al objeto, en el rehallazgo cumplido con el objeto perdido durante la alienación primera. No hay clínica del psicoanálisis sin el reconocimiento de este lazo tan finamente descripto por Agustín en sus Confesiones.
El lazo que está presente en la anoréxica, en el sujeto de la adicción neurótica en su tragedia, de lo más cotidiano a lo más exhuberante, en la neurosis y la perversión. En el sujeto del proceso psicótico que va hasta el crimen paranoico devenido desde los años cuarenta, crimen de masas. En el lazo con su víctima a la cual no quiere solamente matar, sino aniquilar hasta la masacre, hecho que queda incomprensible, no solamente para los eruditos de nuestra época sino para él mismo. Los unos y los otros rehusando admitirlo como razón, no como circunstancia atenuante, mientras que todos le piden explicaciones.
Locura del desconocimiento, ausencia de reconocimiento, falta de legibilidad, falta de lectura, de lo cual sigue la ausencia de compromiso y de responsabilidad en cada uno, no encontrando más que el silencio.
Entonces la ciencia cuando ella se llama social, puede encontrar en Lacan y su nudo un modo de socorrerla, si es una teoría de los discursos que no deba nada en lengua francesa ni a M. Foucault, ni a P. Bourdieu.
Los discursos fundamentales entre masas y grupos
Se sabe cómo Lacan ha desplegado, aportando algunas precisiones suplementarias, la estructura común del yo, de las masas y de la hipnosis. Lo que los lectores del psicoanálisis advierten menos sigue siendo como él ha propuesto una teoría de la identificación a partir de la distinción freudiana donde se anudan entre ellas, 1. - la identificación primera al padre tomado como Ideal, lado varón, y 3- las identificaciones secundarias : de la masa, de la melancolía, de la psicosis y de la entrada en la homosexualidad masculina por el amor de la madre, con 2. – la identificación primaria declinada en tres modos en la instauración del síntoma, lado muchacha. Esos tres modos son : el trazo unario, el amor por el padre y la histeria de grupo, convento o pensionado.
Freud introducirá desde 1916 en sus conferencias, que dan inicio a su segunda tópica luego del fracaso de la redacción de su Metapsicología (1915), la entrada en la homosexualidad masculina por el odio al padre y al hermano mayor, que dan lugar a una consagración a la colectividad, sirviendo de base a las carreras políticas en numerosas áreas culturales.
Y asi Lacan va a prolongar la teoría de la identificación del yo y construir para nosotros una doctrina de los discursos alrededor de cuatro discursos fundamentales más uno por medio de una pequeño juego de cuatro lugares y de cuatro letras que permutan circularmente y donde señala, en un seminario y en dos Escritos, la existencia de un real de los discursos, una imposibilidad mayor.
El lector puede recordar que Freud mismo había calificado lo imposible propio a cada uno de esos discursos: imposible gobernar, educar, curar y al fin, analizar. Cada uno prefiere olvidar ese último discurso, el discurso analítico por el hecho que él reverbera su real en los otros discursos.
Ahora bien, dicha apreciación se equivoca, ya que ese real no implica que uno no pueda: gobernarse, educarse, curarse y analizarse gracias al otro por el hecho de una alteridad sin duda alienante pero necesaria a los sujetos del lenguaje, los hablaletras, a fin que cada uno invente el modo de separación que le es propio, de manera ciertamente contingente.
Lo vemos en la capacidad de los niños de construir, a falta de autismo, un objeto transicional como D. Winnicott lo ha observado, que resuelve para ellos la angustia de la madre con la cual ellos estan confrontados. Por supuesto eso es más dificil para el sujeto, incluso con el apoyo de un psicoanalista y de un psicoanálisis decidido, para un sujeto tomado en la paranoia adulta que conduce al rechazo (forclusión) de la lectura hasta la destrucción.
La religión, la ciencia y la técnica: logocentrismo del escrito
Estos son tiempos de penuria de discursos por el hecho de un rechazo delirante de la lectura, que se pretende reemplazar por el organismo de naturaleza biológica (objeto de la razón para las luces) o por la máquina de factura electrónica (objeto de porvenir para los futuristas). A la vez las neurociencias y por otra parte las ciencias cognitivas, el aprendizaje de los robots, el conductivismo, el management, la manipulación, son obsoletos en esas materias que no se reemplazan.
Es como el tratamiento del Carbono por la fotosíntesis. La clorofila y el calor del sol no se prestan a soportar nuestras escrituras matemáticas industriosas para fabricar usinas que son textos que sirven de prótesis de reemplazo. Eso no camina mejor que el original que nos escapa.
El pensamiento salvaje, la política y el lazo social : la reconquista de la palabra
Pero acá se trata de otro tipo de ecología y de otra etología, se trata de etnología. Podemos leer a C. Lévi-Strauss, más difícil de seguir en su método, si Lacan, más tenaz, no nos gusta.
Se trata de poner en su sitio para aquellos que lo deseen, un tratamiento extremo, de una rigurosidad terrible, desde el descubrimiento por Freud de la transferencia, el deseo y la gran diferencia, resorte de todas las adicciones. La repetición freudiana rechazada por aquellos que se sienten amenazados por ese lazo incorporal.
Exclusión paranoica de lo legible como tal, después de los primeros crimenes paranoicos de masas, en este período excepcional y poco banal de la historia del sujeto del lenguaje que habla letras bajo este aspecto, irreductible para la vida de su cuerpo, ya sea individuo o cuerpo social.
Luego, jamás una potencia técnica tan grande ha sido alcanzada y puesta en obra. Por qué se acompaña de un tal obscurantismo? Einstein nos había prevenido rehusando el estatuto de empleado que le proponia T. Roosvelt ostentando el papel de jefe.
Un drama subjetivo, que sea el del científico o el del analizante, no se negocia.
Tenemos, en el psicoanálisis medio, que dar respuesta a ello con lógica, pero esta respuesta futura indicada por Lacan quien debe todo a Freud primero, exige de los sujetos que lean y por eso, escriban y lean aún. Es necesario que ellos estudien e inventen en la contingencia del descubrimiento de las respuestas a sus propios cuestionamientos, produciendo nuevos objetos de lenguaje, letras y nombres propios.
Pero ahí es preciso también retenerse, no incorporar sistemáticamente, realizar, no entrar en el mercado, mantenerse incauto como cada uno sabe, pues la potencia de destrucción ha devenido excepcional y poco banal.
A la paranoia devenida categoría política de masas, la solución no es asunto de especialistas ni de expertos, ella le toca a cada uno. Se trata más de política y de ética que de ciencia política o social.
Comprometerse sin tomar partido, ya que no es un compromiso de partidarios o de guerreros. No se trata más de someterse al saber de los antiguos, el conflicto de generaciones es un señuelo. Para aprender el sujeto debe reinventar, debe emanciparse, sin ninguna promesa de libertad, sino de reconquista de su independencia discursiva.
Podemos retomar el conjunto con Lacan. A partir del niño en su familia caido en la trampa necesaria del trauma y de la incorporación, en una palabra, del narcisismo, luego del Edipo como proceso crítico de las teorías sexuales infantiles, pasando por la castración del Otro del sujeto como se establece como fundamento universal (edipico) la ecuación escrita del fantasma yendo hasta los cuadrípodos de los discursos fundmentales y las fórmulas de la sexuación kuantificada.
« Y convendría más bien leer allí lo que en sus coordenadas Freud impone a nuestra reflexión, pues ellas vuelven a la cuestión de donde él mismo partió: qué es un Padre ?
–Es el padre muerto, responde Freud, pero nadie lo oye, y en la medida que Lacan lo retoma bajo el título del Nombre-del-Padre, puede lamentarse que una situación poco científica lo deje siempre privado de su auditorio normal » J. Lacan. Subersión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano.
« puede lamentarse que una situación poco científica lo deje siempre privado de su auditorio normal ».
S. Freud L'organisation génitale infantile (1923)
S. Freud totem et tabou (1910) et moïse et le monotheisme (1936).
Conferencia 26 que trata sobre Narcisismo y libido. Lo retomará en su texto de 1922 referido a las Tres formas neuróticas de los celosm la paranoia y la homosexualidad. Único texto de Freud del cual Lacan publicó una traducción integralmente de su cosecha.
en Milan llamada por nosostros la Ciencia capital (leer Lacan en Italia)
J. Lacan Radiophonie et Allocution sur l'enseignement (1970) . "L'envers de la psychanalyse" (1969-1970) para inaugurar el período durante el cual dará el seminario en la facultad de Derecho del Panthéon.
Hemos demostrado ese real como efectivamente imposible en un texto titulado Le théorème majeur de Lacan generalizando ese real, esa imposibilidad, a todos los números enteros pares.